lunes, 22 de marzo de 2010

Juventud 4 - Loeches 9

Tarde, porque hemos dedicado el finde a otros menesteres, pero ese fue el resultado. Cuando uno cuenta lo que voy a poner suena a excusa, a "ya estamos con lo mismo de siempre" o a "lo mismo dirán los otros", me da igual: En todos estos años nunca había visto un resultado tan injusto (por lo visto sobre la pista) o tanta dósis de mala suerte, si se prefiere entender así. Una cosa es que sea el portero en una sensacional actuación, que a fin de cuentas es un jugador más y otra que el balón se empeñe una y otra vez en golpear contra el poste, en disparos a menos de un metro de la portería.


Es duro de digerir, porque no es un resultado a principio de temporada y la presión por la clasificación se hace notar mucho. Es cierto que cometimos nuestros fallos, pero está claro que siguiendo con esta actitud tenemos que estar tranquilos, confiados en nuestras posibilidades. De hecho, creo que nos pudo la ansiedad en algunos momentos y que la presión se escapó por sitios por donde nunca debe escapar.


Debemos seguir así y cerrar filas. El objetivo es común y se consigue con la aportación de todos. Si en circunstancias normales hemos de ser benévolos con el compañero, ahora más que nunca. Lo contrario no ayuda y desde luego no exime a nadie de su cuota de responsabilidad, que es compartida, tanto en los buenos momentos (como el ascenso del pasado año), como en los malos.


Hay que extraer el partido del contexto y ser conscientes de que está en nuestras manos y que el que más empeño ponga y más confie en sus fuerzas y en su trabajo llegará a la meta. Quien se quede parado, dubitativo o se fracture por culpa de los egos lo tendrá mucho más difícil.

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