jueves, 9 de julio de 2009

Tensa espera

Cuando arranqué esta bitácora hace más de dos años escribía en ella en un tono más personal. Hoy he decidido volver a hacerlo. ¿Por qué? Fundamentalmente para relajarme y soltar la tensión que llevo dentro (tengo comprobado que el exceso de acumulación acaba trayendo consecuencias físicas negativas).


Una advertencia previa, si no eres seguidor, simpatizante o jugador del Juventud no sigas leyendo, te vas a aburrir (posiblemente si lo eres también y tendrás cosas mejores que hacer).


Hace muchos, muchos años, jugaba al fútbol con la ilusión de todo chaval de llegar un día muy alto (hasta tenía un plan para llegar al Real Madrid, yéndome a estudiar a la capital y fichando por el Pegaso de tercera división para que se fijaran en mi). Pero aparte de no tener la calidad técnica, táctica, ni física para hacerlo, vivía en un mundo irreal, del que salí rápidamente por una lesión en las dos rodillas de la que nunca me recuperé, porque me operaron en verano y ni mi club (el Burgos CF de entonces que desapareció ese mismo año), ni los médicos (que se fueron de vacaciones y me dejaron sin rehabilitación) se acordaron de mi.


Justo un año después un amigo me llamó para echar un partido de "futbito" en un san amaro que acababan de abrir y aunque hice el ridículo porque tenía menos movilidad que un portero de futbolín, ese día, sin saberlo, iba a ser uno de los más importantes de mi vida deportiva.


Comencé a jugar al fútbol sala y me fui recuperando, después llegó el Singapur (que oscura estaba la sede cuando fui a presentarme), primero con los torneos de 24 horas (vaya trolas nos contaba el dueño de la guerra en Singapur y menudos masajes que daba), luego pasamos a federados con el patrocinio del Bar Azor (pongo una histórica foto en la que podréis reconocer a gente muy vinculada al Juventud), el Casco Viejo de Pablo Arribas (R.I.P), la Óptica San Pablo 14, La Herrería y por fín el Grupo Limecal, con varias ligas por medio, pero fue entonces cuando las arrítmias empezaron a incordiar y tuve que pasar al banquillo, para suerte de mis compañeros, ya que fue salir del equipo y llegar el ascenso a Primera B.



Fotografía del Bar Azor de hará unos 20 años. Fijáos bien.


En esa temporada me picó el gusanillo de los banquillos y descubrí realmente lo apasionante que era el fútbol sala y empecé a interesarme por todo lo que rodea a este deporte.


Al año siguiente llegó el Juventud, con el equipo filial y dos años después el fichaje por el Burgos (debí engañar a Chino durante el curso de primer nivel o quizá fue él quien me engañó a mi metiéndome en un buen embrollo durante dos temporadas).

Y después el retorno al Juventud con un sueño en la cabeza, crear una fuerte estructura de club y conseguir ascender alguna vez a Primera Nacional A. La estructura se ha ido creando estos últimos años (aunque quede mucho trabajo pendiente), con una gran ilusión en el Club y la colaboración de todos sus miembros, pero llevamos unos días sin saber si llega o no el ansiado ascenso, que se me están haciendo interminables y me están matando de los nervios. ¡Qué alguién diga algo ya!

No podéis decir que no estabáis advertidos de que iba a ser difícil llegar hasta el final.

Perdonadme, pero lo necesitaba.

R. Z.

PD: Valentín, gracias por avisarme ese día para ir a jugar al futbito.

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